lunes, 13 de enero de 2014

SOLIDARIDAD CON LAS LUCHAS OBRERAS Y VECINALES DE GAMONAL Y EL ACOSO AL C.S.O LA CASIKA.

La lucha contra la transformación de la calle de Vitoria en un bulevar en el barrio del Gamonal en Burgos ha movilizado a centenares de vecinos que han conseguido, por le momento, paralizar las obras del ayuntamiento. Los vecinos denuncian que la inversión es el proyecto, unos 8.000.000 de euros, es un despropósito, sobre todo teniendo en cuenta que el barrio es uno de los más castigados por los recortes, el paro y la crisis económica.

El barrio obrero del Gamonal, en el que se hacinan un tercio, prácticamente, de la población burgalesa, cuenta con una larga tradición de lucha obrera y vecinal. Los disturbios y movilizaciones protagonizadas este fin de semana por los vecinos no son un hecho aislado, sino que se unen a la luchas contra la transformación del barrio que, fruto de la especulación y avaricia empresarial respaldada por el favoritismo del ayuntamiento, se inicio hace algunos años para potenciar el aumento del valor del terreno, y en consecuencia de las futuras construcciones que se hicieran en él.




Ya en agosto de 2005, la resitencia contra la especulación estalló contra la construcción de un aparcamiento en la calle Eladio Perlado. El origen de las protestas se inició por la oposición de los vecinos a la acometida de las obras por parte de la empresa Arranz Acinos, culpable de la muerte de 10 trabajadores en enero de ese mismo años al almacenar gasolina en el lugar que éstos disponían para cambiarse de ropa y provocar una tremenda explosión. La solidaridad vecinal se propagó ante la imposición caciquil del ayuntamiento que se negó, como en esta ocasión, a escuchar los deseos de a quienes verdaderamente pertenece la calle.

En esa ocasión, tras combativas movilizaciones y manifestaciones espontáneas organizadas por los propios vecinos, se consiguió paralizar el proyecto, y lo más importante, se crearon lazos de solidaridad, unión y complicidad que, como hemos podido comprobar, permanecen intactas hasta nuestros días. Y como hoy, la infiltración y acoso policial en las asambleas, y la intoxicación de los medios de comunicación -en aquella ocasión señalaron como responsables de los disturbios a anarquistas y abertzales venidos de Euskal Herria- fue la forma de desprestigiar una lucha surgida de forma autónoma y visceral.

Burgos, a pesar de la crisis, se convertido en la última década en un paraíso del ladrillo y la especulación. además del caciquismo y despotismo del ayuntamiento empeñado en imponer proyectos urbanísticos que sólo favorecen a los de siempre. Se trata de un evidente caso más  del proceso de gentrificación que sufren numerosos barrios de innumerables urbes de medio mundo. El objetivo es la transformación de los barrios populares y más empobrecidos encareciendo los terrenos y desplazando la población por otra con mayor poder adquisitivo. Camuflado bajo una aparente mejora de servicios, esconde en realidad una finalidad puramente especulativa. Un proceso de gentrificación por el que también se ven afectados los terrenos en los que se ubica el mítico centro social mostoleño La Casika.

El C.S.O La Casika continua con las movilizaciones contra el asedio y hostigamiento que está sufriendo desde hace bastantes meses, por parte de ayuntamiento y propietarios con el fin de ejecutar un desalojo que se está antojando más complicado de lo que inicialmente parecía, fruto en buena medida de la resistencia activa y las abundantes muestras de solidaridad que La Casika está recibiendo. Éste se une al acoso que los centros sociales madrileños están sufriendo desde hace tiempo y que son un ataque frontal a los espacios autónomos de solidaridad, actividad y reunión, centros neurálgicos de las luchas disidentes y contestatarias contra el vergonzoso e insolidario sistema neoliberal. A este respecto conviene recordar otros casos como el de el Cso La Gatonera en Carabanchel o el CSO Eskuela Taller en Alcorcón, que continúan al pie del cañón a pesar de esta caceria.




Los vídeos e imagenes de la resistencia de Rote Flora en Hamburgo, okupado desde 1989 y que el 21 de diciembre reunión en una manifestación a cerca de 10.000 personas para evitar su desalojo, nos ha dejado un ejemplo práctico de como  los lazos de unión y solidaridad y la respuesta a la agresión pueden y deben afianzar la resistencia. Los barrios de Sankt Pauli, Aitona y Sternschanza,en cuya frontera practicamente se encuentra Rote Flora, son un ejemplo más de este proceso de gentrificación, donde la respuesta vecinal a los intentos de especulación en los barrios se han entroncado de forma decisiva con la lucha por la defensa de el mítico centro okupado. Desde el mismo día 21, se han multiplicado las manifestaciones y pequeñas expresiones de protesta en los barrios citados. En un nuevo episodio de represión, la policía a utilizado una figura legal existente en Alemania que permite declarar "zona de peligro" a determinados sectores de forma indefinida, pudiendo detener, retener o registrar a caulquier ciudadano de forma indiscriminada. Éste estado de excapción encubierto se excusa en la proliferación, según la propia policia, de grupos organizados que están protagonizando asaltos a comisarias y patrullas policiales.




El hecho es que rote Flora, Gamonal y La Casika, por muy distantes en el espacio, se encuentran sumergidas en los mismos procesos especulativos en todos los casos. son víctimas del mismo proceso gentrificador en los que ya se ha demostrado muchas veces, la decisiva colaboración de afectados y solidarios y una respuesta visceral y contundente se tornan necesarias ante la enésima agresión que los residentes de los barrios populares y obreros están sufriendo.

VIVA LA LUCHA VECINAL DE GAMONAL.
LA CASIKA SE QUEDA.
ROTE FLORA BLEIBT.

El vídeo "¿De quién es la calle?", creado en 2005 por el colectivo "Francotiradores del Vídeo", ilustra perfectamente los sucesos en Gamonal aquel año. Muy recomendable:











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