Pocas cosas pueden dar más alegria que la noticia de la inmediata liberación de un hermano. Esperamos impacientes poder abrazarte de nuevo, amigo. Ninguno olvidaremos nunca ni uno solo de los segundos que te han hecho pasar lejos de nosotros.
Carcelera, toma la llave,
que salga el preso a la calle.
Que vean sus ojos los campos
y, tras los campos, los mares,
el sol, la luna y el aire.
Que vean a su dulce amiga,
delgada y descolorida,
sin voz, de tanto llamarle.
Que salga el preso a la calle.
que salga el preso a la calle.
Que vean sus ojos los campos
y, tras los campos, los mares,
el sol, la luna y el aire.
Que vean a su dulce amiga,
delgada y descolorida,
sin voz, de tanto llamarle.
Que salga el preso a la calle.
Rafael Alberti.
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